G-Sync en monitores AMD FreeSync: activar tecnología

La combinación de tecnologías de sincronización entre fabricantes rivales parecía algo impensable hace unos años. Sin embargo, hoy en día es una realidad que está revolucionando la experiencia de juego para muchos usuarios. Nvidia G-Sync y AMD FreeSync han dejado atrás sus diferencias para ofrecerte lo mejor de ambos mundos. ¿Te imaginas disfrutar de la suavidad de G-Sync en tu monitor FreeSync? Pues ya no es necesario que lo imagines, porque te voy a contar cómo hacerlo realidad.

Esta compatibilidad cruzada entre G-Sync y FreeSync no solo amplía tus opciones a la hora de elegir monitor, sino que también te permite aprovechar al máximo el rendimiento de tu tarjeta gráfica Nvidia en pantallas que originalmente no estaban diseñadas para ello. Es como si de repente tu coche pudiera repostar en cualquier gasolinera, sin importar la marca. Una auténtica maravilla, ¿verdad?

¿Qué necesitas para activar G-Sync en un monitor FreeSync?

Antes de lanzarte a configurar todo, asegúrate de tener el equipo necesario. No te preocupes, no es nada del otro mundo:

  1. Una tarjeta gráfica Nvidia compatible (series GTX 10, RTX 20 o superior).
  2. Un monitor con FreeSync que admita la tecnología G-Sync.
  3. Un cable DisplayPort (la mayoría de monitores gaming ya lo incluyen).
  4. Los drivers más recientes de Nvidia.
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Con estos elementos en tu poder, estás listo para dar el salto y disfrutar de una experiencia de juego más fluida y sin desgarros de imagen.

Ahora viene lo bueno. Vamos a poner manos a la obra para que puedas sacarle todo el jugo a tu setup. Sigue estos pasos y en un abrir y cerrar de ojos estarás disfrutando de G-Sync:

1. Conecta tu monitor a la tarjeta gráfica usando el cable DisplayPort. Es crucial usar este tipo de conexión, ya que HDMI no es compatible con G-Sync en monitores FreeSync.

2. Actualiza los drivers de tu tarjeta gráfica Nvidia. Puedes hacerlo a través de GeForce Experience o descargándolos directamente desde la página oficial de Nvidia.

3. Una vez instalados los drivers, reinicia tu PC. Sí, ya sé que es un fastidio, pero créeme, merece la pena.

4. Abre el Panel de Control de Nvidia. Lo encuentras haciendo clic derecho en el escritorio y seleccionando «Panel de control de NVIDIA».

5. En el menú de la izquierda, busca la opción «Configurar G-SYNC» dentro de «Pantalla».

6. Marca la casilla «Habilitar G-SYNC, G-SYNC Compatible» y selecciona tu monitor en la lista.

7. Aplica los cambios y reinicia tu PC una vez más (lo siento, es la última vez, lo prometo).

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Ya has configurado G-Sync en tu monitor FreeSync, pero ¿cómo puedes estar seguro de que realmente está funcionando? No te preocupes, tengo la solución:

1. Vuelve al Panel de Control de Nvidia y busca la opción «Configurar G-SYNC«.

2. En la parte inferior, verás un botón que dice «Ejecutar prueba de compatibilidad«. Haz clic en él.

3. Se abrirá una ventana con una animación. Si todo está bien configurado, verás un mensaje indicando que G-Sync está funcionando correctamente.

Además, puedes usar el test de Blur Busters para comprobar la sincronización variable en tiempo real. Es una herramienta genial para los más techies.

Ahora que ya tienes G-Sync funcionando en tu monitor FreeSync, vamos a afinar un poco más para que la experiencia sea perfecta:

1. Ajusta el rango de frecuencia de actualización en el Panel de Control de Nvidia. Asegúrate de que esté configurado al máximo que soporta tu monitor.

2. Activa V-Sync en el Panel de Control de Nvidia. Puede parecer contradictorio, pero ayuda a G-Sync a funcionar mejor cuando los FPS superan la tasa de refresco máxima del monitor.

3. Limita los FPS en los juegos a 2-3 FPS por debajo del máximo de tu monitor. Esto evita que se desactive G-Sync cuando los FPS se disparan.

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4. Experimenta con los ajustes de cada juego. Algunos títulos funcionan mejor con G-Sync que otros, así que no tengas miedo de probar diferentes configuraciones.

¿Merece la pena activar G-Sync en un monitor FreeSync?

Te estarás preguntando si todo este lío vale realmente la pena. La respuesta corta es: absolutamente sí. La tecnología de sincronización variable elimina el tearing y reduce el stuttering, ofreciéndote una experiencia de juego mucho más fluida y agradable.

Además, al poder usar G-Sync en monitores FreeSync, tienes acceso a una gama más amplia de opciones a la hora de elegir pantalla. Esto significa que puedes encontrar monitores con excelentes prestaciones a precios más competitivos que los modelos G-Sync nativos.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la experiencia puede variar dependiendo del monitor FreeSync que tengas. Algunos funcionan mejor que otros con G-Sync, así que te recomiendo que investigues un poco sobre tu modelo específico antes de hacerte ilusiones.

En cualquier caso, activar G-Sync en tu monitor FreeSync es una opción que no tiene desventajas. Si no te convence, siempre puedes volver a la configuración original. Así que, ¿por qué no darle una oportunidad? Tu experiencia de juego te lo agradecerá.