Un KVM (Keyboard, Video, Mouse) casero puede ser la solución perfecta para controlar múltiples dispositivos desde un solo teclado y ratón. En esta guía, te mostraré cómo construir tu propio KVM utilizando una Raspberry Pi, una opción económica y versátil que te permitirá gestionar varios equipos con facilidad.
¿Qué necesitas para crear tu KVM con Raspberry Pi?
Antes de sumergirnos en el proceso de construcción, es importante que tengas a mano todos los componentes necesarios. Aquí tienes la lista de materiales:
1. Raspberry Pi (modelo 3 o superior)
2. Tarjeta microSD (mínimo 8GB)
3. Cable HDMI
4. Cable Ethernet
5. Fuente de alimentación para Raspberry Pi
6. Hub USB alimentado
7. Teclado y ratón USB
8. Cables USB-A a USB-B (uno por cada dispositivo que quieras controlar)
Asegúrate de contar con todos estos elementos antes de comenzar el montaje. La calidad de los componentes puede influir en el rendimiento final de tu KVM, así que no escatimes en cables o en el hub USB.
El primer paso es configurar tu Raspberry Pi con el software adecuado. Para este proyecto, utilizaremos Raspberry Pi OS, anteriormente conocido como Raspbian.
1. Descarga la imagen de Raspberry Pi OS desde la página oficial.
2. Graba la imagen en tu tarjeta microSD utilizando un programa como Etcher.
3. Inserta la tarjeta en tu Raspberry Pi y conéctala a la corriente.
Una vez que tu Raspberry Pi esté en funcionamiento, necesitarás instalar el software x11vnc, que permitirá la conexión remota a los dispositivos que quieras controlar.
Para instalar x11vnc, abre una terminal y ejecuta:
sudo apt-get update
sudo apt-get install x11vnc
Montaje del hardware
Con el software listo, es hora de conectar todos los componentes:
1. Conecta el hub USB a uno de los puertos USB de la Raspberry Pi.
2. Enchufa el teclado y el ratón al hub USB.
3. Utiliza los cables USB-A a USB-B para conectar los dispositivos que quieres controlar al hub USB.
4. Conecta el cable HDMI desde la Raspberry Pi a tu monitor.
5. Asegúrate de que todos los dispositivos estén conectados a la misma red local mediante cables Ethernet o Wi-Fi.
Configuración del software KVM
Ahora viene la parte más interesante y técnica del proceso. Vamos a configurar el software que hará funcionar nuestro KVM casero.
1. En tu Raspberry Pi, crea un nuevo archivo de script con el siguiente comando:
nano kvm_switch.sh
2. Copia y pega el siguiente código en el archivo:
#!/bin/bash
devices=(
«192.168.1.100»
«192.168.1.101»
«192.168.1.102»
)
current_device=0
while true; do
if [ «$(xdotool getwindowfocus getwindowname)» = «KVM Switch» ]; then
key=$(xdotool key –window «$(xdotool getwindowfocus)» getkey)
if [ «$key» = «Super_L+Tab» ]; then
current_device=$((($current_device + 1) % ${#devices[@]}))
x11vnc -connect ${devices[$current_device]}
fi
fi
sleep 0.1
done
3. Guarda el archivo y dale permisos de ejecución:
chmod +x kvm_switch.sh
Este script permite cambiar entre los dispositivos conectados utilizando la combinación de teclas Super+Tab (la tecla Windows + Tab).
Uso de tu KVM casero
Para utilizar tu nuevo KVM, sigue estos pasos:
1. Inicia el script en tu Raspberry Pi:
./kvm_switch.sh
2. En cada dispositivo que quieras controlar, instala y configura un servidor VNC. Puedes usar TightVNC o RealVNC, por ejemplo.
3. Asegúrate de que todos los dispositivos estén encendidos y conectados a la misma red que tu Raspberry Pi.
4. Utiliza la combinación Super+Tab para cambiar entre los dispositivos conectados.
Una vez que tengas tu KVM funcionando, puedes realizar algunas mejoras para adaptarlo a tus necesidades específicas:
– Añade más dispositivos: Simplemente agrega más direcciones IP al array ‘devices’ en el script.
– Cambia la combinación de teclas: Modifica la línea que contiene «Super_L+Tab» en el script para usar una combinación diferente.
– Mejora la interfaz: Crea una interfaz gráfica simple utilizando Python y Tkinter para facilitar el cambio entre dispositivos.
Solución de problemas comunes
Como con cualquier proyecto DIY, es posible que te encuentres con algunos obstáculos. Aquí tienes algunas soluciones a problemas frecuentes:
– Latencia alta: Asegúrate de que todos los dispositivos estén conectados por cable Ethernet para obtener la mejor velocidad posible.
– Problemas de conexión: Verifica que los firewalls de tus dispositivos permitan conexiones VNC.
– Calidad de imagen pobre: Ajusta la configuración de compresión en tu servidor VNC para equilibrar calidad y rendimiento.
Una vez que domines el funcionamiento básico de tu KVM casero, podrás explorar opciones más avanzadas para sacarle aún más partido:
– Control remoto: Configura tu Raspberry Pi para acceder a tu KVM desde fuera de tu red local.
– Automatización: Utiliza scripts para programar cambios automáticos entre dispositivos según horarios o eventos específicos.
– Monitorización: Implementa un sistema de logs para registrar el uso de cada dispositivo conectado.
Recuerda que la clave para obtener el máximo rendimiento de tu KVM casero está en la experimentación y la mejora continua. No tengas miedo de ajustar y perfeccionar tu configuración a medida que descubras nuevas necesidades o ideas.
Con tu KVM basado en Raspberry Pi, habrás conseguido una solución flexible y económica para gestionar múltiples dispositivos. Ya sea para trabajo, gaming o simplemente para organizar mejor tu espacio digital, este proyecto te brinda un control centralizado que mejorará significativamente tu productividad y comodidad.